La pregunta de siempre.

Puede que nunca en realidad haya tenido fe. Puede que mi bautizo no me haya dejado marca alguna. Puede que un mundo de religión no sea para mi. Puede que la verdad no exista. Puede que sólo invista un alma fría. Puede que sea sólo una pasión incomprendida. Puede que repita siempre en cíclos el mismo error de vida. Puede que en realidad ni viva ni exista. Y viendo que todo puede ser así, entonces; puede que todo lo anterior sea al contrario. Luego lo que creo saber sólo lo creo. Lo que creo conocer sólo lo recuerdo. Lo que creo amar sólo lo siento. Lo que creo sentir depende del gusto. Lo que creo gustar etiqueto como bueno. Lo que creo bueno es sólo eso; una creencia. Entonces si al final todo lo que puede ser y lo que creo es un convencimiento, una convicción, certidumbre, asentimiento, opinión, suposición o presunción, todas ellas invenciones del lenguaje, interpretaciones de nuestra mente, nada de ello de otro modo; ¿Que soy?

Julián Luján