De experiencias
Me asombra lo que puede llegar a ser el humano, que me gusta experimentarlo yo mismo. Y de tanto llorar nunca vi que se arregló nada pero se te dibuja una estúpida sonrisa.
Temí sentir la soledad pero me gustó estar a solas conmigo mismo y saber que me puedo caer bien.
Ayudé muchas veces a los demás, que ahora que me piden ayuda no quiero pensar que todo se hace rutina. De tanto perder no aprendí a ganar pero aprendí que ganar tampoco se aprende por sólo ganar.
No hago sólo lo que debo por eso me meto en pedos, aunque hago todo de la mejor forma que puedo. Llegué tantas veces al fondo que, cada vez que lo recuerdo, siento que vuelvo a caer.
Ver a los perros correr sin sentido, me enseñó que se hace uno viejo porque deja uno de hacerlo... por eso disfruto el momento y a veces también lo que tengo.
Ahora aconsejo que hay que aprender a vivir y disfrutar cada detalle, aprender de los errores pero sin ir pensando mucho en ellos, aunque de ellos también hay recuerdos bellos.
Julián Luján
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